El punto de partida para el censo de 2021 es el propio censo de 2011. En aquella ocasión no se podía construir toda la información censal a partir de registros administrativos. Se construyó un "fichero pre-censal" a partir de estos registros, pero apenas contenía cuatro variables para cada persona, por lo que solo se utilizó como marco para obtener de él las principales cifras. Todas las variables del censo 2011 se obtuvieron a partir de la información recogida en el cuestionario censal, que se dirigió a una muestra cercana al 10% de la población.
El objetivo que se marcó el INE en 2014, al terminar los trabajos del censo 2011, fue estudiar hasta qué punto se podía aumentar el número de variables en el fichero censal a partir de distintos registros administrativos y disminuir, por tanto, la información contenida en los cuestionarios censales.
El análisis de fuentes no es inmediato porque son muchas las variables recogidas en un censo como éste, que no solo censa población y sus características, sino también edificios, viviendas y hogares y además recoge para cada una de estas unidades distintos tipos de información. Algunas de las variables son muy fáciles de obtener de registros, pero en otros casos el reto es mucho mayor.
El anteproyecto censal presenta de forma general algunas de las posibilidades y dificultades a las cuales se enfrenta la nueva operación.