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Censos de Población y Viviendas de 2001

La aldea de las personalidades / Lista de colaboraciones

Foto del Sr. Gregorio VarelaSr. D. Gregorio Varela
Catedrático y Presidente de Fundación Española de la Nutrición
A Coruña capital


Breve reseña estadística

En el Diccionario Geográfico y Estadístico de Pascual Madoz (1845), se dice que La Coruña se divide en dos partes, esto es: la ciudad nueva o Pescadería que ocupa el itsmo y se estiende por una colina hasta los molinos de viento, colocados sobre el barrio de Sto. Tomás, y la ciudad vieja, que con situación más elevada ocupa el estremo oriental de aquella península. Las casas de La Coruña , si bien en lo general cuentan con algunas comodidades, no presentan el brillante aspecto que las de otras capitales de provincia que se hallan en igual rango. La Casa de ayuntamiento, que con el nombre de "Consistorio viejo" existía en la Plaza de la Constitución, se ha demolido con el indicado objeto de construir una digna de la categoría que hoy ocupa aquella ciudad. Existen también; El palacio, situado en la misma plaza, La Aduana, El Consulado, El Hospital, La Cárcel, el Presidio correccional. Entre los edificios militares daremos preferencia a la Maestranza de artillería situada en la ciudad vieja, el cuartel de artillería, el parque de ingenieros, el cuartel de Macanaz o de San Francisco, la Intervención militar y el Hospital militar. Cuenta la ciudad con 421 faroles, entre los cuales 44 son grandes y de reverbero, y los 377 cuadrados con candileja común. Para la instrucción primaria existen: 1 escuela superior privada a la que asisten 28 niñas; 25 escuelas elementales concurrida por un total de 731 niños y niñas y 26 escuelas incompletas a las que asisten un total de 534 niños y niñas. La instrucción secundaria cuenta con una cátedra de latinidad y un colegio particular frecuentado por unos 40 alumnos. La junta de comercio tiene a su cargo cuatro cátedras: la Cátedra de Náutica, de Matemáticas, de Dibujo y la Cátedra e comercio y de idioma francés. Existe también un Gabinete de Instrumentos, una Biblioteca del Consulado, una Biblioteca particular. Los paseos públicos son: el de la Reunión, el jardín de San Carlos, el paseo de Santa Margarita, el paseo de La Torre (Torre de Hércules). La ciudad y sus arrabales o barrios, que reunidos forman el distrito municipal, consta según los datos de la matrícula catastral de 1842, de 4.087 vecinos, 19.415 almas.

Cuando nace Gregorio Varela, en los años 30, A Coruña ya cuenta con 74.132 habitantes, o almas en la terminología decimonónica. En los años posteriores sigue la misma trayectoria ascendente, habiéndose registrado la mayor población de toda su historia en el Censo de 1991, con 246.953 personas, de las cuales 115.929 eran varones y 131.024 mujeres.

A coruña. Por Gregorio Varela

Soy y me siento coruñés. Nací en La Coruña, "nada más y nada menos" que en la emblemática Calle de San Andrés. Sin embargo, la mayor parte de los inviernos de mi infancia los pasé en Madrid, donde mi padre, uno de los primeros profesores universitarios de Microbiología de nuestro país, tenía una farmacia, famosa por su rebotica y tertulianos. Según él tuvo que trasladarse a Madrid porque yo, a poco de nacer, ya empezaba a exigir comer "costilletas".

Me piden que cuente algún recuerdo de mi niñez. Me referiré a dos hechos que ocupan un lugar preferente en mi memoria, que tuvieron lugar en los veranos de La Coruña, junto al mar y en compañía de mis numerosos primos (yo era hijo único).

Curiosamente el primer recuerdo está relacionado también con la farmacia. Por aquel entonces, cuando comenzaba el verano y con él se inauguraba la "temporada de baños" era de riguroso cumplimiento la purga previa al baño, con el horroroso aceite de ricino, para evitar el peligro que -se decía- implicaba esta actividad. Mi padre rompió conmigo esa creencia y, como buen boticario, sustituyó este repulsivo aceite por una agradable limonada. Este hecho, aparte de producirme una personal satisfacción, levantó cierta envidia entre mis compañeros de baño que seguían luchando con el sabor del aceite de ricino.

El segundo gran recuerdo del verano coruñés está relacionado con un hecho realmente singular unido al traslado y la instalación, en el Monte de San Pedro de La Coruña, de los tremendos cañones que iban a evitar cualquier invasión y que eran tan grandes, o al menos a mi me lo parecían en ese momento, que hubo que hacer una carretera para desplazarlos a la cima del monte. Mi Coruña es "tan así" que hoy en día, en la que los citados cañones no tienen afortunadamente trabajo, éstos se han convertido junto con las ruinas de un estercolero que había en sus proximidades, en uno de los parques marítimos más hermosos, y no solamente de España.