Introducción

El agua es un recurso esencial para la vida. Por ello, la correcta gestión de los recursos hídricos disponibles es un requisito fundamental para el desarrollo demográfico, social y económico de una sociedad. Se precisa de un sistema eficiente, que sea capaz de captar agua de distintas fuentes y de distribuirla a los distintos grupos de usuarios minimizando las pérdidas derivadas de fugas. Así mismo, resulta crucial alargar el ciclo de vida del agua, dando un adecuado tratamiento a las aguas residuales, de forma que puedan ser reutilizadas, y asegurando que el destino de estas no resulte dañino para los ecosistemas.

Gestión y distribución del agua

El acceso al agua es una necesidad humana básica. La provisión de agua potable y servicios de saneamiento es una cuestión de salud pública y ambiental en la Unión Europea. El agua limpia en cantidad suficiente también es de suma importancia para la agricultura, la industria y el medio ambiente, y desempeña un papel crucial en los procesos naturales que ayudan a regular el clima.

Muestra la incidencia de las distintas fuentes de las que se extrae y/o recoge agua de la naturaleza y se almacena para un uso posterior.

Este indicador hace referencia a los volúmenes de agua potable medidos en los contadores de los distintos grupos de usuarios.

Indica el porcentaje de agua que se pierde a lo largo de la red de abastecimiento público como consecuencia de fugas de agua, roturas y averías.

Se calcula mediante el cociente entre los ingresos por el servicio realizado y el volumen total de agua registrada y distribuida. No debe interpretarse en ningún caso como un precio o tarifa aplicable a los servicios relacionados con el ciclo integral del agua, sino más bien como un coste medio de los pagos abonados por los usuarios de dichos servicios.

Muestra el coste medio que pagan los usuarios por metro cúbico de agua utilizada, incluyendo suministro y saneamiento. No representa una tarifa oficial del agua.

Circularidad del agua

La elevada presión sobre los recursos hídricos, agravada por los efectos del cambio climático acentúa la necesidad de un cambio en el modelo de gestión del agua: sustituir el modelo actual basado en un proceso lineal con creciente contaminación (convirtiéndose en aguas residuales) por uno circular, en el que el agua se reutiliza de forma continua.

Indica el porcentaje de agua residual que es reutilizada, en lugar de ser devuelta a la naturaleza.

Muestra los distintos usos a los que se destina el agua residual que es reutilizada

El indicador muestra el peso relativo de los distintos destinos de las aguas residuales, que pueden ser reutilizadas o devueltas a la naturaleza