El lenguaje en las estadísticas


“El Anuario, como toda obra viva, va cambiando de fisonomía, aunque conserve sus rasgos peculiares”.

Anuario Estadístico de España 1923-24. Prólogo


En el siglo y medio que se extiende entre el primero y el último de los Anuarios se han vivido cambios en todos los órdenes; cambios que se expresan no solo en estadísticas más diversas y complejas, sino también en el empleo de un lenguaje conformado a los tiempos. Algunos vocablos han desaparecido de los Anuarios por caer en desuso o por expresar conceptos ya caducos; otros se han incorporado para expresar nuevas realidades.

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De la libra al kilogramo...

Los años de los primeros Anuarios marcan el tránsito de un sistema de pesos y medidas heterogéneo a uno uniforme para todo el territorio nacional. El Sistema Métrico Decimal (SMD) vigente hoy fue aprobado en 1849, pero su adopción plena tardaría unas décadas.

Hasta que las fanegas, arrobas, libras y varas definitivamente sustituidas por áreas, litros, kilogramos, metros y sus múltiplos y submúltiplos, en los tres primeros Anuarios se perciben ciertos titubeos en el empleo de un sistema y otro, conviviendo antiguas unidades con las del SMD: las distancias se expresan a la vez en leguas y kilómetros; las superficies agrarias, en fanegas y hectáreas, y mientras que las telas se miden en varas, las distancias terrestres se consignan en kilómetros.

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... y del real de vellón al euro

Para unificar el heterogéneo sistema monetario español del siglo XIX se llevaron a cabo diversas reformas que culminaron con la implantación de la peseta en 1868 (Anuarios desde 1888 hasta el de 2000). Esta moneda había desterrado como unidad de cuenta al escudo de plata establecido en 1864 (Anuarios 1862-1865 y 1866-1867), que a su vez sustituía al real de vellón (Anuarios 1858, 1859-1860 y 1860-1861).

La peseta terminó sus días cuando fue reemplazada por el euro, en 2002 símbolo de una economía más globalizada que nunca (Anuario 2001 hasta el último publicado).

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Cambios de mentalidad y lenguaje

¿Caben en las estadísticas consideraciones de carácter moral como, por ejemplo, diferenciar a los hijos según sean legítimos o ilegítimos? Evidentemente, hoy no, pero sí circunscritas a la mentalidad y moralidad observadas hasta bien entrado el siglo XX.

Hasta el Anuario de 1951, en las estadísticas demográficas se utiliza la expresión hembras para referirse a las mujeres. Su uso responde a la mentalidad tradicional en la que el papel fisiológico de la mujer prepondera sobre su condición como persona.

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Términos desusados...

Bula de lacticinios: Bula que permitía a los eclesiásticos el uso de lacticinios (alimentos hechos de leche) en las ocasiones en que les estaba vedado. Lo encontramos en los Anuarios decimonónicos en las estadísticas eclesiásticas.

Cotarro: Establecimiento destinado para albergar a vagabundos y pobres sin hogar. En los Anuarios antiguos, aparece en las Estadísticas de Beneficencia, las equivalentes hoy a las de Protección social.


Portazgo, pontazgo, barcaje: Estas instituciones medievales que gravaban, en tierras reales o de señorío, el tránsito por caminos, el paso de un puente o el acceso de una a otra parte del río en una barca, aún perviven en los años en que se editan los primeros Anuarios, y son objeto de tratamiento estadístico por las rentas que generan al Estado. ¿Podemos considerar a los peajes de las autopistas herederos de estas instituciones?


Alfolí: Almacén de la sal. El Estado tenía la reserva exclusiva de su venta, así como la de los sellos o el tabaco. La aportación económica al Estado era lo que se denominaban rentas estancadas. Ha quedado rastro de este monopolio en los establecimientos llamados “estancos”, aunque hayan perdido en parte su función originaria.


Quinto: Mozo que sorteaba para incorporarse al servicio militar obligatorio. En los Anuarios del XIX incluso se reseñaban sus tallas medias. ¿El último quinto? En 2001, cuando se decretó el fin de este servicio.

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... y neologismos

Internet, web, firma digital, comercio electrónico: La irrupción de las nuevas tecnologías ha provocado la implantación de términos que, a pesar de su reciente formación, se han asentado plenamente en el lenguaje cotidiano. Desde hace algunas décadas los Anuarios los han incorporado en las estadísticas de Ciencia y Tecnología.

Turismo: El vocablo, proveniente del inglés tourism, se introdujo en el Diccionario de la RAE en 1925, y como producto estadístico, en el Anuario de 1954, para dar cabida a un fenómeno cultural y económico que a la postre representará el sector que más riqueza aporta a la economía española.